¿Qué es la episteme según Michele Foucault?

La episteme es ese conjunto de configuraciones que han dado lugar a las diversas formas del conocimiento. Es un sistema de interpretación que condiciona los modos de entender el mundo y aprehenderlo en un tiempo determinado.

La episteme es el punto de partida desde el cual han sido posibles conocimientos y teorías, es el “espacio de orden” en el que el saber nace, es el fondo, el background que dicta el a priori histórico y determina en qué elemento de positividad han podido aparecer las ideas, “constituirse las ciencias, reflexionarse las experiencias en las filosofías, formarse las racionalidades para anularse y desvanecerse quizá pronto” (Foucault, 7).

Hablar de episteme es hablar de un conjunto de relaciones que son posibles, en una época, entre las ciencias cuando se analizan sus regularidades discursivas. La episteme opera de manera inconsciente, es lo “impensado” desde lo cual se piensa.
Desde este espacio las ideas manifiestan su identidad histórica más allá de su propia verdad. Aquí en esta episteme o campo epistemológico es donde los conocimientos “hunden su positividad y manifiestan así una historia que no es la de su perfección creciente, sino la de sus condiciones de posibilidad...”

Es la región que entrega una mirada ya codificada. Es el orden a partir del cual pensamos y que tiene sus modos de ser diversos e incluso opuestos de época a época. A partir de esta episteme Foucault construye una afirmación en su “arqueología”, “Esta investigación arqueológica muestra dos grandes discontinuidades en la episteme de la cultura occidental; aquella con la que se inaugura la época clásica y aquella que, a principios del siglo XIX, señala el umbral de nuestra modernidad”.

Este “sistema de positividades” define a su vez, los sistemas de simultaneidad, lo mismo que la serie de las mutaciones necesarias y suficientes para circunscribir el umbral de una nueva positividad. En este sentido, la ruptura a la que se refiere Foucault, implica el nacimiento de un modo de conocer (nueva positividad) en el que según describe: “el lenguaje pierde su lugar de privilegio y se convierte, a su vez, en una figura de la historia coherente con la densidad de su pasado”.

Con esta episteme neonata, se “inventa” el hombre como una figura reciente y lleva en sí mismo y en sus dobles la “historia de la locura”.

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