IRREVERSIBLE

Irreversible, película intensamente provocadora, dirigida por Gaspar Noé; es un caudal de una estética desafiante. Si bien es cierto, no resulta nuevo que sea una película contada en forma inversa, es decir desde el final hacia el inicio, pero aporta una resignificación a este recurso narrativo, por la construcción de las tomas, como si se tratase de un collage, y además por la forma en como se dan las diversas transiciones de escena a escena. Juega con el tiempo, juega a hacerlo espiral descendente; así como la sensación de sus tomas. La historia como tal no es fuera de serie, sorprendente o impredecible; por el contrario resulta común y cercana a lo que se vive diariamente – mejor dicho- a lo que se ve diariamente. Sin embargo, el trato que se le da, con la ayuda de elementos sonoros, de encuadre y mucho de iluminación; es lo que le otorga ese matiz de distinción. Con alrededor de diez escenas ordenadas a la inversa, la secuencia se convierte en un hacer preguntas con una respuesta en la siguiente escena, es decir, si en una de las primeras escenas como en la que Marcus busca al Tenia, nos preguntamos ¿por qué lo busca?, enseguida en las subsiguientes escenas hallaremos la respuesta y así en sucesión. La venganza es la constante y la violación su alimento. Marcus, el agitado vengador busca a toda costa ser justiciero de la cruel violación de la que ha sido víctima Alex, “su mujer”. Esta historia se despedaza en la cámara del director. Inicio terrible y sangriento, una toma de un negro intenso, seguida por fragmentos de paredes, de carne mortecina, todo girando y en movimiento como si fuera una tempestad. Y en verdad lo es. Resulta interesante que, a medida que corre (o retrocede) la trama, la cámara se vuelve más quieta. En el momento mismo de la violación, la cámara toma posesión de un sólo ángulo, no se mueve, se ensimisma y se perpleja.
Y como si fuera ese mismo túnel donde ocurre la violación al final nos muestra una claridad cándida, con una Alex tranquila sobre un pasto y unos cuantos niños corriendo a su alrededor, con un giro en picado de la cámara. Concluye con una toma en blanco.

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