APUNTES: GALAXIA INTERNET PART II

Las tecno-elites, los hackers, las comunidades y los emprendedores en la cultura Internet

Estos cuatro estratos son la columna vertebral de la cultura Internet a la que hace referencia Castells. Internet no es solamente ni principalmente una tecnología, sino que es una producción cultural.

El valor central que rige a esta cultura es la libertad, y esta nueva tecnología da, en efecto, cuenta de esa necesidad de libertad. “Había que pensar un instrumento de comunicación horizontal, global, libre y no controlable ". Esto es el Internet, una máquina sin control, sin Dios ni ley y “más allá del bien y el mal en su sentido extramoral”, como diría Nietzsche.

Haciendo un “zoom” a estas cuatro capas, encontramos en primera línea a las “Tecno-elites” cuyo modo de ser está en relación con la meritocracia propia del mundo académico y científico que caracterizó a la “modernidad cartesiana” y a los ilustrados franceses. Para este grupo el descubrimiento tecnológico constituye el valor supremo, su contexto es la solución de problemas. La comunidad es el juez que dictamina la solución, la invención, o el descubrimiento relevante, lo que redunda en una “buena reputación”.

Dentro de la misma comunidad, existe una propia jerarquía, en donde la coordinación está en manos de las figuras de mayor autoridad. Ellos dirigen “la agenda de los temas”. Como todo grupo tiene sus reglas, este no es la acepción y exige a sus miembros el cumplimiento de las mismas.

En el marco de esa libertad que los habita, “todos los resultados de investigación deben ser abiertos y deben comunicarse en una forma que permita la evaluación” .

La cultura hacker es la segunda estratosfera, a la que nos referiremos. Además de ser puente entre la cultura tecnomeritocrática y la empresarial, es el epicentro, en donde se gestan las innovaciones tecnológicas. En esta caracterización, los hackers son los magos de las redes, que sortean –al contrario de lo que popularmente se conoce - al concepto de cracker (encripta y desencripta y sabotea información con un fin).

“La cultura hacker es, en esencia, una cultura de convergencia entre los humanos y sus máquina en un proceso de interacción sin trabas. Es una cultura de creatividad tecnológica basada en la libertad, la cooperación, la reciprocidad y la informalidad”.

Los hackers si bien muchos descubren con una finalidad, en su mayoría disfrutan de la creatividad en sí misma, de sus resultados; incluso mucho más que de la misma libertad. Valorar el hecho de producir un objeto valioso. “Internet es la base organizativa de esta cultura”.

Las comunidad virtuales, prosiguen en esta escala, como una fuente de valores que en cierta medida, dictaminan el comportamiento y la organización social. Para Castells, “los orígenes de las comunidades on line son muy cercanos a los movimientos contraculturales y los modos de vida alternativos que surgieron tras la década de los sesenta”.

Efectivamente, tal parece que estas comunidades surgieron como una forma emancipada, pero que con el tiempo mutaron y en cuanto crecieron perdieron esa naturaleza. Estos no-lugares son espacios que dotan al usuario de juegos de rol, de falsas identidades, de yo fractales, lo que hasta hoy subsigue. “Todos somos ahora escritores, aunque la escritura mediante teclado esté sustituyendo a las plumas y a los bolígrafos, y ya no se almacene tanto en <> como en el éter del ciberespacio.”

Los llamados emprendedores son los últimos en la cuenta, pero no en importancia; pues dentro de este juego de roles, ellos han sido los encargados de hacer del Internet un producto para el mundo. “Internet ha transformado el mundo de la empresa, tanto como este ha transformado Internet” . Los emprendedores han sido capaces de imaginar nuevos procesos, servicios y productos en proyectos empresariales adaptados al mundo digital.

Lo que da sentido y sensación de éxito a los integrantes de esta esfera es el dinero. Compiten entre sí, van a atacar el mundo, en búsqueda de alcanzar posesiones y posiciones. Tiene el know how para hacer correr el tren. Es así que la relación entre el capital y la innovación queda internalizada. Un ejemplo es Microsoft que traspasó cualquier tipo de fronteras y cuya fórmula de hacer dinero de las ideas y mercancía del dinero le ha valido altas facturaciones.

El accidente es un milagro al revés decía Paúl Virilio.

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